Cambiando "el cambio"

Se cumple un año de las elecciones autonómicas de 2009 que tuvieron un claro vencedor, destronado por un pacto anti-natura con la bandera de un cambio que prometió y prometió en campaña, pero a la hora de la verdad no sólo no cumplió, sino que arrolló con todo aquello que no quería, tapando lo que no le convenía y con un discurso fácil pero poco creible.

Cuántas veces hemos oído eso de "en x meses Patxi López ha conseguido más acuerdos que Ibarretxe en 10 años". Hombre, pues puede ser verdad, al amparo de la mayoría absoluta con la colaboración del PP que ha hecho de esto más que una causa de estado, diríamos que acuerdos ha habido, sí, porque si no los hubiera habido con esa mayoría absoluta que forman sería muy preocupante.

365 días dan mucho para pensar, pero sobre todo dan para oir todo tipo de valoraciones más dignas de la euforia por haber llegado a cualquier precio a la Lehendakaritza, que por lo que tiene que ser una forma de liderar un país en plena recesión económica. Algunos siguen sumidos en su nube y niegan que lo que pasó aquella noche no era sino la confirmación de lo que se fue fraguando desde 2001 entre Redondo Terreros y Jaime Mayor Oreja. La política de frentes, esa de la que dijo que iba a huir Patxi López, estaba a punto de saltar a la palestra.

Lo prometió en campaña electoral y no cumplió. Y si no se lo creen vayan a los archivos de los periódicos y compruébenlo. Los socialistas sabían que su única manera de llegar a Ajuria-enea era pactar con el PP y que los 13 escaños de Basagoiti les dieran esa mayoría que tanto ansiaban. Lo que no sabían era que con ese pacto, a todos los efectos antinatura por las posturas que defienden ambos en muchos temas trascendentes, iban a asumir gran parte del programa electoral del Partido Popular, que es finalmente quien más rédito sacó a los 13 escaños logrados.

Estos dos partidos sólo tienen una cosa en común: la causa vasca; tratar de acallar a aquellos que se sienten vascos desde la política y que defienden un modelo nacionalista de gestión de país desde el respeto. Esa ansia de "sacar" a los nacionalistas de las instituciones - como se ha podido leer por ahí a dirigentes de diferentes colores políticos - les llevó a cometer una tropelía y renunciar a muchas de la promesas que en campaña electoral captaron la atención de mucho votante indeciso, que seguramente ahora estará muy decepcionado.

Porque todos nos acordamos de aquellas palabras en campaña electoral del PSE que hablaron de una reforma del Estatuto que culminaría en un referéndum, que hoy mismo Ares ya ha vuelto a asegurar no se va a producir. No van a llevar a cabo la reforma del estatuto y ya han pedido al resto que se olviden. Y todo bajo la premisa del porque sí. Porque ahora he decidido esto, y no es porque tenga un pacto de estabilidad gubernamental con el PP. No que va. Porque esas promesas no se olvidan y duelen cuando no se cumplen.

Aunque quizá lo que más ha calado en la ciudadanía ha sido el cambio en EITB. Se preocuparon más de cambiar el mapa del tiempo que de otra cosa, y descuidaron las delegaciones de Navarra e Iparralde. Han modificado la programación y han convertido a la cadena de televisión pública vasca en una más del montón, cuando antes era de las más vistas. Decisión errónea tras decisión errónea se están cargando el ente de "la información plural", pero en la que sólo aparecen ellos y sus bondades, nunca los ciudadanos que no están contentos con su gestión.

Así ha transcurrido el año más mediático de la historia del Gobierno Vasco. Foto por aquí foto por allá, pero sin solucionar verdaderamente la situación económica, más centrado en la batalla de los símbolos y de la colocación de banderas españolas por todas partes y cambiando los escudos de la Ertzantza - eran ilegales según decían - que trabajando "a favor de una Euskadi esforzada en los problemas de la gente". Permíntanos terminar con un juego de palabras que define bien claro lo que ha sucedido este año: El Gobierno Vasco de Patxi López y el PSE ha ido cambiando el cambio hasta ajustarlo al frentismo del PP, y todo con el apoyo del Presidente del gobierno español.